martes, 12 de enero de 2021

PEPE Y EL MUNDO ENTERO

 

 

 


 

 

Ha sido un poco raro. Después de asistir a la despedida de tantos amigos y conocidos a lo largo y ancho del 2020, y sentirlas como si se trataran de pérdidas cercanas, de esas de "pasa la botella ahí, no te la tomes toda, marico", toparme de pronto con Pepe, parado en una esquina cual clavo flaco y muy largo, constituye más que una rareza, un hallazgo exuberante.

 

A este Pepe tenía más de cuarenta años sin verlo y eso es mucho tiempo. Ya tú sabes, por momentos dudé en saludarlo porque las gentes cambian, algunos recuerdos migran y los sentimientos se van arrugando con nosotros como los perros falderos que llevamos a cagar a un recodo apartado del parque para que nada ni nadie los perturbe.

 

Ahí quieticos nos estamos con lo que vamos sintiendo y fuera del alcance del que quiera hacernos daño. Con todo, el bueno de Pepe, sí. Lo llamo bueno, dada la buenura que otorgan los años, porque Pepe hace cuarenta, era un tipo muy diferente. Proveniente de un linaje de tahúres muy conocido -su abuelo fue Félix Vargas Chacón, El Cumanés- Pepe Vargas, impelable habitué del "bar con ambiente familiar" del viejo Domingo Ramírez, nos decía a la cuerda de mocosos que nos asomábamos allí buscando vaina, que él aprendió a jugar Carga la burra a los tres años de edad y que su primer boche clavao fue a los cinco. Además nunca se vio en el pueblo a nadie tan joven como él entrar al "Paralelo 38", hogar de las más putas más bellas del pueblo guardadas celosamente y bajo llave por doña Rosa Fermín. Que si queríamos nos llevaba.

 

¡Ay! Nuestro sueño dorado estaba ahí mismitico, al alcance de un billete, gracias al bueno de Pepe:

 

- Vamos a hacer una vaina: hagan una vaca, me la traen mañana, y el viernes Senovia le da a cada uno su tatequieto.

 

- "Música paga no suena", le responde mi compinche Cobija e' perro.

 

- ¡Verga, sí! ¡Ustedes son menores de edad mijitico! Iría preso de bola, mi compa. Eso lleva trabajo y es riesgoso, así que Caifás mañana, o nada.

 

Al escuchar el ultimátum, mis amigos y yo, nos retiramos a las escalinatas de la Catedral a sopesar hondamente los riesgos de tan comprometida empresa. Cinco bolos por cabeza, era mucha plata pero, ¿quién puede con tantas hormonas ahí dando vueltas?

 

Claro que Pepe nos tumbó. Nunca más apareció. El dueño del bar, Domingo Ramírez, nos dijo que ese viernes muy temprano, Pepe se enroló en la Marina Mercante y que quién nos manda de güelevergas.

 

¿El culpable de la estafa? El Chino, claro. Ese chaleco tiene sus buenos 43 años and cáuntin. Me gradué, me casé, tuve par de chamos, me divorcié, me salieron canas y todavía uno que otro se acuerda del fulano caso de Pepe Vargas, aquel que tuvo la pericia de dejar entendiendo a cinco carajitos que ahora recuerdan la vaina entre risas y en medio del "pása la botella ahí, no te la tomes toda, marico".

30 de diciembre de 2020. Los Teques, por los lados de la Plaza Bolívar:

 

-¿Qué pasó, Pepe? ¿Te acuerdas de mi? ¿Talavaina mi hermano?

 

-¡Coñooooo! -exclama escrutándome la cara- como que sí me acuerdo...Cumaná, ¿no? Domingo Ramírez, Senovia... sí. Oye perdónamesa, pero es que me fui a conocer el mundo entero y regresé muchísimos años después a Cumaná, de donde más nunca salí.

 

-Tranquilo, mi hermano. Me da muchísimo gusto verte.

 

Así, nos sentamos en una banca apartada de la plaza mayor de Los Teques. Me contó que conoció Tumbuktú, que se casó en Kuala Lumpur. Que estuvo cuatro años preso en Indonesia. Que alguien lo metió en un turbio negocio de drogas con unos filipinos y coño...cayó preso otra vez. Que la cárcel lo cambió, y que allí aprendió muchos oficios como el de la ebanistería que ahora ejerce.

 

Que la muerte es el gran mensajero y que las almas que parten son como ríos que alguna vez van a dar a un delta inmenso en el que todas retozan como perrillos felices, más allá del sol: un sitio que no es sitio, un tiempo sin manecillas de relojes, sin premuras o retardos. Claramente, otro songorocosongo.

 

Todo esto me lo contó Pepe ayer aquí, moviendo sus manos como si fueran bielas o algo parecido:

 

- Es que, Chino: No logramos entender que un alma no nace con porque la encarnen. Ese es un concepto muy banal si asumes que en nuestra sangre hay restos de muy lejanas galaxias. Nos lamentamos porque con cada partida recordamos nuestro precario y leve tránsito por este mundo, y eso es todo. Por eso me dedico a la ebanistería. Hago urnas, que es un arte al que muy pocos se dedican por ese miedo del carajo que nos traemos de otros tiempos. Le busco abrigo a los cuerpos para que sus dolientes se despidan y no los critico, hay que entender el fulano apego, y aprender toda esa vaina lleva tiempo.

 

-...pero Manzanero se murió. Y el negro Cuica. Y mi compai Guillermo García Campos. Y José Félix. Y el poeta Carivano...porecitos chamo.

 

- Pobrecitos ustedes. Imagínate que Manzanero siga vivo pero que se borren sus canciones. Para que en verdad trasciendan las almas, deben partir a otro plano. Pana, ni Og Mandingo habla tanto. Debo irme, que toy ocupado, mi hermanito.

Veo a Pepe a mi lado muy detenidamente. Lo imagino trabajando como un gran pájaro carpintero dándole y dándole duro a una urna procurando que se escapen para siempre y sin dar marcha atrás, aquellas almas viajeras.

 

Me volteo a ver si está abierta la cafetería para zamparnos par de empanadas, pero erizándome caigo en cuenta de que acaba de decir que volvió y nunca más salió de Cumaná ¿Y entonces quéjloqué? Reburujo en la banca y en la plaza. Nada.

 

Llamo a Cumaná de una vez. Le pregunto a un pana si sabe algo de Pepe:

 

-¿Que fue, Chino? Pepe se murió hace seis meses, chamo. Lo mató er covi por estar jorungando muertos en una funeraria por allá po-la subida del cementerio. Por cierto, aquellos 5 bolos transfiéremelos que eso es un billete ahora, mi primo jajaja.

(Ahí vamos otra vez con el chaleco)

 

-Marisco. Feliz año mi compa.

 

- Feliz año mi hermano, El Chino.

 

Allá en la cafetería le dan full volumen a una gaita: "¿Qué haré yo cuando no tenga, en el bolsillo tres lochas?" Angustiante pregunta si consideras que en Venezuela la inflación llegó al 3.042%. Con todo, sigamos. La lucha es gorda. Grandota. Estamos metidos en el peor brete de la era contemporánea que pueblo alguno haya enfrentado pero no tenemos otra alternativa. A los panas que han partido para el delta, por favor me saludan a mi padre Eduardo Álvarez. A mi sobrino Elías. A mi amado hermano Esdras Álvarez. A los que vamos en pos de matricular, fuerza. Resistamos, que el ave canta aunque la rama cruja. Feliz Año.

 

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